Hechos 26 (RVG)
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* [[Hechos 26:3 (RVG)|3]] Mayormente sabiendo que tú eres conocedor de todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia. | * [[Hechos 26:3 (RVG)|3]] Mayormente sabiendo que tú eres conocedor de todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia. | ||
- | * [[Hechos 26:4 (RVG)|4]] | + | * [[Hechos 26:4 (RVG)|4]] Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; |
- | * [[Hechos 26:5 (RVG)|5]] | + | * [[Hechos 26:5 (RVG)|5]] los cuales saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más estricta secta de nuestra religión, he vivido fariseo. |
- | * [[Hechos 26:6 (RVG)|6]] | + | * [[Hechos 26:6 (RVG)|6]] Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres, comparezco y soy juzgado; |
- | * [[Hechos 26:7 (RVG)|7]] | + | * [[Hechos 26:7 (RVG)|7]] promesa a la cual nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan han de llegar. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. |
- | * [[Hechos 26:8 (RVG)|8]] | + | * [[Hechos 26:8 (RVG)|8]] ¿Por qué se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos? |
- | * [[Hechos 26:9 (RVG)|9]] | + | * [[Hechos 26:9 (RVG)|9]] Yo ciertamente había pensando dentro de mí, que era mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; |
- | * [[Hechos 26:10 (RVG)|10]] | + | * [[Hechos 26:10 (RVG)|10]] lo cual también hice en Jerusalén, y yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido autoridad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. |
- | * [[Hechos 26:11 (RVG)|11]] | + | * [[Hechos 26:11 (RVG)|11]] Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras. |
- | * [[Hechos 26:12 (RVG)|12]] | + | * [[Hechos 26:12 (RVG)|12]] Y ocupado en ello, yendo a Damasco con autoridad y comisión de los príncipes de los sacerdotes, |
- | * [[Hechos 26:13 (RVG)|13]] | + | * [[Hechos 26:13 (RVG)|13]] al mediodía, oh rey, yendo en el camino vi una luz del cielo, que sobrepasaba el resplandor del sol, iluminando en derredor de mí y de los que iban conmigo. |
- | * [[Hechos 26:14 (RVG)|14]] | + | * [[Hechos 26:14 (RVG)|14]] Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones. |
- | * [[Hechos 26:15 (RVG)|15]] | + | * [[Hechos 26:15 (RVG)|15]] Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y Él dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. |
- | * [[Hechos 26:16 (RVG)|16]] | + | * [[Hechos 26:16 (RVG)|16]] Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, |
- | * [[Hechos 26:17 (RVG)|17]] | + | * [[Hechos 26:17 (RVG)|17]] librándote de este pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío, |
- | * [[Hechos 26:18 (RVG)|18]] | + | * [[Hechos 26:18 (RVG)|18]] para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. |
- | * [[Hechos 26:19 (RVG)|19]] | + | * [[Hechos 26:19 (RVG)|19]] Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, |
- | * [[Hechos 26:20 (RVG)|20]] | + | * [[Hechos 26:20 (RVG)|20]] sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judasa, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. |
- | * [[Hechos 26:21 (RVG)|21]] | + | * [[Hechos 26:21 (RVG)|21]] Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. |
- | * [[Hechos 26:22 (RVG)|22]] | + | * [[Hechos 26:22 (RVG)|22]] Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir. |
- | * [[Hechos 26:23 (RVG)|23]] | + | * [[Hechos 26:23 (RVG)|23]] Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. |
- | * [[Hechos 26:24 (RVG)|24]] | + | * [[Hechos 26:24 (RVG)|24]] Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. |
- | * [[Hechos 26:25 (RVG)|25]] | + | * [[Hechos 26:25 (RVG)|25]] Pero él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. |
- | * [[Hechos 26:26 (RVG)|26]] | + | * [[Hechos 26:26 (RVG)|26]] Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues estoy seguro que no ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. |
- | * [[Hechos 26:27 (RVG)|27]] | + | * [[Hechos 26:27 (RVG)|27]] ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. |
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+ | * [[Hechos 26:28 (RVG)|28]] Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. | ||
- | * [[Hechos 26: | + | * [[Hechos 26:29 (RVG)|29]] Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios, que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! |
- | * [[Hechos 26: | + | * [[Hechos 26:30 (RVG)|30]] Y cuando hubo dicho esto, se levantó el rey, y el gobernador, y Bernice, y los que estaban sentados con ellos; |
- | * [[Hechos 26: | + | * [[Hechos 26:31 (RVG)|31]] Y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna de muerte ni de prisión, hace este hombre. |
- | + | * [[Hechos 26:32 (RVG)|32]] Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César. | |
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- | * [[Hechos 26:32 (RVG)|32]] | + |
Current revision
- 1 Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa:
- 2 Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que hoy haya de defenderme delante de ti acerca de todas las cosas de que soy acusado por los judíos.
- 3 Mayormente sabiendo que tú eres conocedor de todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
- 4 Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos;
- 5 los cuales saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más estricta secta de nuestra religión, he vivido fariseo.
- 6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres, comparezco y soy juzgado;
- 7 promesa a la cual nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan han de llegar. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos.
- 8 ¿Por qué se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?
- 9 Yo ciertamente había pensando dentro de mí, que era mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret;
- 10 lo cual también hice en Jerusalén, y yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido autoridad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto.
- 11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.
- 12 Y ocupado en ello, yendo a Damasco con autoridad y comisión de los príncipes de los sacerdotes,
- 13 al mediodía, oh rey, yendo en el camino vi una luz del cielo, que sobrepasaba el resplandor del sol, iluminando en derredor de mí y de los que iban conmigo.
- 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
- 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y Él dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
- 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,
- 17 librándote de este pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío,
- 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
- 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,
- 20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judasa, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
- 21 Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme.
- 22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir.
- 23 Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
- 24 Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.
- 25 Pero él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
- 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues estoy seguro que no ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón.
- 27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.
- 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
- 29 Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios, que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
- 30 Y cuando hubo dicho esto, se levantó el rey, y el gobernador, y Bernice, y los que estaban sentados con ellos;
- 31 Y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna de muerte ni de prisión, hace este hombre.
- 32 Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.