Juan 11 (RVG)

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* [[Juan 11:30 (RVG)|30]] Porque Jesús aún no había llegado a la aldea, sino que estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.
* [[Juan 11:30 (RVG)|30]] Porque Jesús aún no había llegado a la aldea, sino que estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.
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* [[Juan 11:31 (RVG)|31]]
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* [[Juan 11:31 (RVG)|31]] Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se levantó aprisa y salió, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
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* [[Juan 11:32 (RVG)|32]] Y cuando María llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
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* [[Juan 11:33 (RVG)|33]]
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* [[Juan 11:33 (RVG)|33]] Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que habían venido con ella, también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó,
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* [[Juan 11:34 (RVG)|34]] y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
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* [[Juan 11:35 (RVG)|35]] Jesús lloró.
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* [[Juan 11:36 (RVG)|36]] Dijeron entonces los judíos: ¡Mirad cuánto le amaba!
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* [[Juan 11:37 (RVG)|37]]
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* [[Juan 11:37 (RVG)|37]] Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía Éste, que abrió los ojos al ciego, hacer también que éste no muriera?
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* [[Juan 11:38 (RVG)|38]]
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* [[Juan 11:38 (RVG)|38]] Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
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* [[Juan 11:39 (RVG)|39]]
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* [[Juan 11:39 (RVG)|39]] Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
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* [[Juan 11:40 (RVG)|40]]
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* [[Juan 11:40 (RVG)|40]] Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
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* [[Juan 11:41 (RVG)|41]] Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto: Y Jesús alzando sus ojos, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.
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* [[Juan 11:42 (RVG)|42]] Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
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* [[Juan 11:43 (RVG)|43]] Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
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* [[Juan 11:44 (RVG)|44]] Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
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* [[Juan 11:45 (RVG)|45]]
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* [[Juan 11:45 (RVG)|45]] Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que hizo Jesús, creyeron en Él.
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* [[Juan 11:46 (RVG)|46]]
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* [[Juan 11:46 (RVG)|46]] Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
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* [[Juan 11:47 (RVG)|47]]
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* [[Juan 11:47 (RVG)|47]] Entonces los príncipes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros.
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* [[Juan 11:48 (RVG)|48]]
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* [[Juan 11:48 (RVG)|48]] Si le dejamos así, todos creerán en Él; y vendrán los romanos y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación.
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* [[Juan 11:49 (RVG)|49]]
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* [[Juan 11:49 (RVG)|49]] Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
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* [[Juan 11:50 (RVG)|50]]
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* [[Juan 11:50 (RVG)|50]] ni consideráis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
* [[Juan 11:51 (RVG)|51]]
* [[Juan 11:51 (RVG)|51]]

Revision as of 02:45, 21 November 2012

  • 1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
  • 2 ( María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, era la que ungió al Señor con ungüento, y enjugó sus pies con sus cabellos. )
  • 3 Enviaron, pues, sus hermanas a Él, diciendo: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
  • 4 Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
  • 5 Y amaba Jesús a Marta, y a su hermana, y a Lázaro.
  • 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó aún dos días en el mismo lugar donde estaba.
  • 7 Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos a Judasa otra vez.
  • 8 Sus discípulos le dijeron: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
  • 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? Si alguien anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
  • 10 Pero si alguien anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
  • 11 Estas cosas dijo Él; y después de esto les dijo: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas yo voy a despertarle del sueño.
  • 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sano estará.
  • 13 Pero esto decía Jesús de su muerte; y ellos pensaban que hablaba del reposar del sueño.
  • 14 Y entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
  • 15 y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
  • 16 Dijo entonces Tomás, llamado el Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
  • 17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que él estaba en el sepulcro.
  • 18 Y Betania estaba cerca de Jerusalén como a quince estadios.
  • 19 Y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
  • 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó sentada en casa.
  • 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
  • 22 Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
  • 23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
  • 24 Le dijo Marta: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
  • 25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
  • 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
  • 27 Ella le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que había de venir al mundo.
  • 28 Y habiendo dicho esto, fue y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
  • 29 Ella, oyéndolo, se levantó aprisa y vino a Él;
  • 30 Porque Jesús aún no había llegado a la aldea, sino que estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.
  • 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se levantó aprisa y salió, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
  • 32 Y cuando María llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
  • 33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que habían venido con ella, también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó,
  • 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
  • 35 Jesús lloró.
  • 36 Dijeron entonces los judíos: ¡Mirad cuánto le amaba!
  • 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía Éste, que abrió los ojos al ciego, hacer también que éste no muriera?
  • 38 Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
  • 39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
  • 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
  • 41 Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto: Y Jesús alzando sus ojos, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.
  • 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
  • 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
  • 44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
  • 45 Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que hizo Jesús, creyeron en Él.
  • 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
  • 47 Entonces los príncipes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros.
  • 48 Si le dejamos así, todos creerán en Él; y vendrán los romanos y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación.
  • 49 Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
  • 50 ni consideráis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
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