Job 6 (RVG)

From Textus Receptus

Jump to: navigation, search
  • 1 Y respondió Job y dijo:
  • 2 ¡Oh, que pudiesen pesar justamente mi sufrimiento, y lo pusiesen en balanza junto con mi calamidad!
  • 3 Porque pesarían ahora más que la arena del mar; por tanto, mis palabras han sido precipitadas.
  • 4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
  • 5 ¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto?
  • 6 ¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?
  • 7 Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi triste alimento.
  • 8 ¡Quién me diera que viniese mi petición, y que me otorgase Dios lo que anhelo;
  • 9 y que agradara a Dios destruirme; que desatara su mano, y acabara conmigo!
  • 10 Y sería aún mi consuelo, si me asaltase con dolor sin dar más tregua, que yo no he escondido las palabras del Santo.
  • 11 ¿Cuál es mi fuerza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para prolongar mi vida?
  • 12 ¿ Es mi fuerza la de las piedras, o es mi carne de bronce?
  • 13 ¿No me ayudo a mí mismo, y el poder me falta del todo?
  • 14 El atribulado ha de ser consolado por su compañero; mas se ha abandonado el temor del Omnipotente.
  • 15 Mis hermanos han sido traicioneros cual arroyo; pasan como corrientes impetuosas,
  • 16 que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve;
  • 17 que al tiempo del calor son deshechas, y al calentarse, desaparecen de su lugar;
  • 18 se apartan de la senda de su rumbo, van menguando y se pierden.
  • 19 Miraron los caminantes de Tema, los caminantes de Seba esperaron en ellas;
  • 20 Pero fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.
  • 21 Ahora ciertamente como ellas sois vosotros; pues habéis visto mi infortunio, y teméis.
  • 22 ¿Acaso yo os he dicho: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
  • 23 libradme de la mano del opresor, y redimidme del poder de los violentos?
  • 24 Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado.
  • 25 ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Pero, ¿qué reprende vuestra censura?
  • 26 ¿Pensáis censurar las palabras, y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
  • 27 También os arrojáis sobre el huérfano, y caváis un hoyo para vuestro amigo.
  • 28 Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si miento delante de vosotros.
  • 29 Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a considerar mi justicia en esto.
  • 30 ¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?
Personal tools